El 10 de agosto de este año, Colectivo Zoológico estrenó en GAM su última obra, Mirar. A propósito de la violencia ejercida por carabineros hacia lxs manifestantes en la Revuelta Social que inició en octubre del 2019 en Chile, lxs integrantes de la compañía se preguntaron “¿de qué me privan cuando me quitan la vista?”. Fue así como esta obra comenzó a gestarse desde mediados del año 2021, cuando la compañía realizó una residencia creativa en Espacio Checoeslovaquia, para investigar tanto artística, escénica y materialmente nuevos lenguajes escénicos y audiovisuales. Además, Colectivo Zoológico archivó este primer momento de creación, y es esta pulsión de archivo la que me despierta las preguntas: ¿Qué decide guardar y compartir una compañía de su proceso creativo? ¿Qué dicen los documentos de ese proceso? 

La Colección “Mirar de Colectivo Zoológico” alojada en el Archivo Arde cuenta con documentos de distinto tipo (videos, fotografías, bocetos y textos) que dan cuenta de las decisiones y derivas recorridas por el colectivo para reconocer los caminos y los primeros materiales que les servirían para la construcción de esta obra. 

Al momento de navegar entre los documentos, me voy deteniendo: el primero que llama mi atención es el “Programa de la residencia creativa de Colectivo Zoológico”. Este material es como una hoja de ruta. En él quedan en evidencia los procedimientos por los que la compañía generó sus materiales: la primera semana la dedicaron a acondicionar la sala e instalar el dispositivo escénico, la segunda a sumergirse en el universo de la obra elaborando un lenguaje y material escénico común, la tercera y cuarta a componer escenas, y así sucesivamente. También veo cómo se van articulando los elementos para la creación en el proceso a través de las acciones del equipo artístico y técnico manifiestas en el documento: la revisión de referentes teóricos y artístico más el material de archivo de la Revuelta; la lectura, modificación y ejecución de las escenas dramáticas para su posterior diseño; el montaje, realización y producción de los elementos para sus presentaciones y evaluaciones. 

Identifico que este material permite una mirada más transversal de las acciones realizadas por la compañía, y con esto en mente me detengo en los demás registros, que comprendo como huellas específicas de las actividades que realizaron. De este modo, aparece, por ejemplo, la transcripción de las palabras registradas por un teléfono celular oculto en el bolsillo de una víctima de violencia policial, a partir de un audio que después sería modificado y utilizado en escena; o algunos ejercicios escriturales de lxs participantes, como el de Germán Pinilla o José Miguel Aguirre, que luego fueron tomados por Juan Pablo Troncoso para la escritura de la primera versión de la dramaturgia; y que posteriormente se seguirá transformando para la versión de ensayo. Además, es posible acceder a registros de pruebas de video, bocetos del espacio escénico y fotografías de los ensayos, que me permiten imaginar, en términos concretos, cómo se construyeron los espacios de la obra, cómo se ven los cuerpos en escena y de qué manera se piensa el ámbito audiovisual en esa construcción.

Así, al volver a las preguntas: ¿qué decide guardar y compartir una compañía de su proceso creativo? y ¿Qué dicen los documentos de ese proceso? Pienso en que Colectivo Zoológico construyó una colección diversa, en la que los distintos soportes dan cuenta del lugar que ocupan las materialidades en su proceso de creación, cómo surgen y cómo se van articulando entre sí. Muchos de los documentos son el resultado de improvisaciones y ejercicios lúdicos ejecutados por la compañía. Y, por ejemplo, si se leen los ejercicios escriturales en conjunto, me percato de que, a pesar de ser construcciones individuales, gatillan sensaciones comunes: la velocidad, el horror, lo inimaginable. Antes de que existiera una dramaturgia, ya todxs hablaban desde esos lugares. Lo mismo ocurre con los videos: las manchas, la superposición de colores, las imágenes nubosas que aparecen también son parte de este lenguaje común en torno a lo borroso; a lo indecible, que luego se irá robusteciendo a lo largo de la creación de la obra. 

De este modo, los documentos nos muestran lo que hizo Colectivo Zoológico en Espacio Checoeslovaquia, y nos permite imaginar cómo lo hicieron. Este es un proceso que ocurrió de manera dialogante, colaborativa y experimental; que comenzó en la búsqueda de aquello que lxs remeció sobre la violencia policial en la Revuelta, y después implicó pasar estas sensaciones por sus cuerpos y los materiales disponibles, para finalmente disponer todos esos elementos en escena con el objetivo de interpelar a lxs espectadores. Lo que me parece más bello de todo esto, es cómo desde esta primera etapa la obra se ha seguido transformando; y la posibilidad de que en el estreno de agosto se presente una obra muy distinta a lo que se concibió en ese entonces. Sin embargo, los documentos alojados en esta colección son una forma de fijar en el tiempo esas primeras intenciones e ideas; y una muestra mínima de todo el trabajo, el tiempo y la energía que implica embarcarse en un proceso creativo.

Sobre la obra