Compartimos un ejercicio de correspondencia virtual, vía WhatsApp, que generamos Jen Cob (La MAE, San José, Costa Rica) y Coni Alvarado (Colectivo ARDE, Valdivia, Chile) en el contexto del proyecto Huellas de Exilio. Este ensayo visual, textual e interactivo forma parte de las activaciones que nos propusimos realizar entre ambos colectivos dedicados a los archivos y las memorias de las artes escénicas, a partir de los documentos que componen la colección de afiches y programas de mano de artistas chilenxs que vivieron su exilio en Costa Rica.
La trayectoria de esta conversación que sostuvimos durante los meses de junio y julio, está reflejada y enriquecida en este mapa de conceptos e imágenes que dejamos a disposición en este texto para su visualización. Su punto de arranque es el afiche de la obra “La virgen del puño cerrado”, estrenada por Teatro del Ángel en San José de Costa Rica en 1976; misma obra que poco antes había sido presentada por la compañía en Santiago de Chile, con una pequeña pero significativa variación de nombre “La virgen de la manito cerrada”. No podemos obviar que en este desplazamiento del puño a la manito, se condensa con sutileza la cruenta marca del Golpe y el asentamiento del terrorismo de Estado en Chile. Si el proceso -social, cultural, artístico- hubiese seguido su curso, nuestra narración histórica y singular sin duda sería distinta. En el caso particular de esta obra teatral podríamos decir que fue estrenada en 1973 bajo su nombre original y con Víctor Jara en la dirección escénica. Pero hoy, cuando escuchamos la voz de este teatrista y cantautor entonar “Aprieto firme mi mano…”, la emoción que sentimos nos recuerda que la historia fue radicalmente otra.
Volvemos al documento. Nos detenemos a observar la parte posterior del afiche de “La virgen del puño cerrado” estrenada en Costa Rica, que presenta un texto sobre la obra y una fotografía en la que aparecen sus integrantes, entre ellxs Sara Astica, Lucho Baraona, Bélgica Castro y Alejandro Sieveking. Se ven jóvenes y setenterxs, sonrientes y con un estilo que nos fascina. Nos damos el permiso para interpretar y comentamos que la foto nos habla de la importancia de la grupalidad en el teatro; del lugar que pudo haber tenido la creación y la colectividad para estxs artistas durante el exilio. Nos permitimos imaginar, ir más allá, pasar de esta fotografía con su aura epocal a la búsqueda profana y caótica de la red. Hablamos sobre las vírgenes, la flor, el puño, el teatro, el papel, la centralización capitalina, el estudio y los códigos QR, en fin, nos desviamos sin pudor.
Y así nos vamos. Ambas afirmamos la riqueza del material análogo, con cierta añoranza desde nuestro presente evanescente. Seguimos interpretando imágenes y estableciendo múltiples conexiones. Algunas más apegadas al referente original y otras que se escapan lejos, erráticas e imprecisas. La gracia de todo esto, pensamos juntas al mirar el mapa de nuestra conversación, es ver cómo a partir de un archivo podemos vincularnos, compartir interpretaciones, intercambiar otros referentes, en fin, perdernos en el diálogo.
Dejamos aquí nuestro periplo, una conversación a destiempo que fuimos desplegando cada una en sus espacios cotidianos y a partir de nuestras propias trayectorias de vida, mezclando contingencias, geografías y temporalidades. Este mapa visual contiene hipervínculos a otros sitios y materiales que señalamos a continuación: el puño y Víctor Jara, la virgen del puño cerrado y sus devotxs; el boceto a mano del diseñador teatral Sergio Zapata realizado para el estreno de la obra del Teatro del Ángel en Chile; y una entrevista a Tatiana Sobrado y Marco Guillén, teatristas costarricenses que nos comparten sus recuerdos sobre el actor chileno Patricio Arenas, recientemente fallecido, quien partió al exilio cuando era muy joven y se desarrolló en la escena teatral «tica» por muchos años.
Jen Cob, La MAE y Coni Alvarado, Colectivo ARDE