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Ejercer la memoria y hacer archivo: Inés Stranger escribe sobre su obra «Cariño malo» (1990)

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Texto de la dramaturga Inés Stranger para el lanzamiento presencial del libro "Evidencias. Las otras dramaturgias" de NICE

A propósito de la presentación, por fin presencial, del libro Evidencias: las otras dramaturgias, trabajo compilatorio de obras teatrales de mujeres chilenas recientemente editado por NICE Núcleo -Lorena Saavedra, Patricia Artés y Maritza Farías-, la dramaturga y profesora Inés Stranger leyó en el Café Liquidambar del Barrio Victoria este texto que visita la experiencia de escribir y montar «Cariño malo» al año 1990.

Lo compartimos en el placer de la escucha y con ganas de conversar sobre el teatro como un gran archivo de afectos, ideas y subjetividades.

El «Cariño malo» se trata del amor romántico es verdad, pero pienso que son las circunstancias políticas que dieron lugar a este mal de amores lo que hoy día logro poner en perspectiva.

Inés Stranger

Quería partir diciendo que agradezco esta invitación y que he leído con gran interés el prólogo critico que enmarca esta antología de obras de mujeres chilenas.

Sumándome a la reflexión que las autoras hacen y a las categorías donde ellas insertaron el «Cariño malo», me gustaría compartir ciertas reflexiones sobre el amor romántico, un concepto, una categoría o un sentimiento que ha evolucionado mucho en estos últimos treinta años.

Yo jamás hubiera pensado en 1989, cuando estaba escribiendo el texto, que la idea del amor sería puesta en duda y que sería tan problematizada por las mujeres de las nuevas generaciones.

Pero más o menos diez años después del estreno, por ahí por el año 2002, comencé a darme cuenta de que las cosas estaban cambiando cuando en un curso de dramaturgia propuse como ejercicio de escritura trabajar en una escena de amor. Hasta entonces el amor siempre había sido un tema posible y los estudiantes nunca había tenido dificultades para encontrar sus inspiraciones: una pareja debe separarse; una escena de celos; una escena de seducción; un reencuentro; una ruptura definitiva, eran motivos frecuentes. La única restricción que yo ponía al ejercicio era que la palabra amor no se nombrara. Era un ejercicio sencillo, permitía definir fácilmente la estrategia de objetivos de los personajes que de alguna manera todos conocíamos.

Pero esa vez fue muy diferente. A los estudiantes no se les ocurría nada, estaban ofuscados, no les parecía interesante, encontraban que todas las escenas que imaginaban eran cliché. No lograban encontrar una situación con personajes particulares que estuvieran viviendo un conflicto amoroso.

Yo realmente estaba confundida, y aunque les decía que yo no pedía una escena heteronormativa, (aunque en ese tiempo no se usaba esa palabra), que podía ser una escena de amor con los personajes que quisieran, que ellos podían construir sus circunstancias y proponer una escena de amor en cualquier contexto, no hubo caso, el ejercicio no resultó.

La idea del amor misma no les hacía sentido.

Pensar en una escena de amor, los llevaba a un universo convencional, a un enfrentamiento de roles sociales, de juegos estereotipados entre el hombre y la mujer.

Claramente no volví a plantear este ejercicio. Interactuar con los jóvenes es algo que todos profesores agradecemos. En el tema del amor ha habido cambios radicales y todas las categorías tienden a confundirse.

Yo diría que desde hace solo unos pocos años, el amor ha vuelto a ser representado en las jóvenes dramaturgias, pero volvió imponiéndose de una nueva manera: amores más originales, menos normativos, probablemente más sexuales, muchas veces más radicales, pero amores con fuerza y necesidad, como un impulso humano esencial.

Yo no creo que las muchachas de hoy vivan el amor como lo vivimos nosotras. Es claro que el «Cariño malo» da cuenta de la experiencia de mujeres de los 80, que vivieron historias de amor con hombres que habían sido muy fracturados y humillados durante la dictadura. Esas son las circunstancias particulares que hacían de estos amores unos malos amores. Un contexto de violencia política que muchas veces se filtraba en las relaciones de pareja. De esas experiencias sufrimos el amor y el desamor. Pero nunca pusimos en duda el amor mismo.

El amor como experiencia trascendente de deseo, de entrega y de compromiso nos parecía una evidencia, un sentimiento esencial en nuestras experiencias como mujeres, que vivieron en un Chile a fines de un siglo veinte.

Lo recalco así, ajustándome a nuestras circunstancias, porque para nosotros fue un acto político el querer poner en escena en el espacio público, a la salida de la dictadura, esos momentos de intimidad, esas reflexiones sobre lo que sentíamos, sobre lo que habíamos vivido de verdad, sin esconder ni poner en bonito cómo estos muchachos revolucionarios nos habían hecho arar por el piso como alguna vez dijo Delfina Guzmán.

http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/visor/BND:558229
Tanhnuz, Sergio. El retorno del conflicto femenino [artículo] Sergio Tanhnuz. El Metropolitano (Diario : Santiago, Chile). Archivo de Referencias Críticas. . Disponible en Biblioteca Nacional Digital de Chile http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/628/w3-article-558229.html . Accedido en 23/8/2021.

En ese entonces, en que el gran discurso de la historia se estaba escribiendo, hablar sobre nosotras mismas, de lo que sentíamos, de lo que deseábamos, de lo sufríamos, fue un verdadero acto de rebeldía y de resistencia. Y aunque nos fue estupendo en términos de la crítica y del público no fueron estas las reflexiones que se levantaron con nuestro «Cariño malo». El hecho de que fuéramos mujeres también confundía la percepción de nuestro proyecto: “Puras minocas estrenan en TEUC”, tituló el diario La Cuarta.

Yo pienso que no hay dolores ni más o menos legítimos que otros. Como dramaturga y como maestra lo que intento es que se indague sobre un conflicto y se busque una verdad. En esa ocasión fue el amor y la consecuencia, el desamor y la incoherencia. Fue un proyecto colectivo porque fuimos un grupo de mujeres que habíamos atravesado por experiencias similares y queríamos legitimar un espacio propio de creación trabajando con lo que era lo más cercano y lo más nuestro. Para este proyecto pasamos meses, tardes enteras en el garaje de la casa de mi mama, conversando, recordando, riéndonos, llorando, volviendo a recordar e imaginar. Alguna leía algo y le contaba a la otra, otra se acordaba de una canción, la siguiente hablaba de su abuela, volvíamos siempre a los amores fallidos y a nuestras experiencias. Leíamos la prensa. Nos impresionó mucho el caso de una mujer que asesinó a su pareja en un banco, que hizo la cola como para cambiar un cheque y cuando estuvo frente a él, le disparó. Sobre esta noticia reflexionamos mucho. ¿Hasta dónde puede llegar la pasión? ¿Cuál es tu límite? ¿Cuántos bares recorres buscando a tu pareja que te engaña? ¿Cuánto puedes humillarte? ¿Serías capaz de matar?

El «Cariño malo» contiene esas muchísimas tardes de conversaciones, y muchas experiencias que se compartieron en esas conversaciones. Contiene también un material, que hoy día diríamos documental, que es la carta que lee Eva, donde se habla finalmente de la militancia política de él. Yo la había escrito para un él, con el que finalmente había terminado después de muchas vueltas y reconciliaciones.

El «Cariño malo» se trata del amor romántico es verdad, pero pienso que son las circunstancias políticas que dieron lugar a este mal de amores lo que hoy día logro poner en perspectiva.

Ahora, cómo va a ir evolucionando la idea del amor romántico no lo sé bien, pero tuve hace poco un estudiante que escribió las escenas más románticas del mundo entre un pescador y un carabinero. Bellas escenas escritas con una nueva consciencia. Los personajes construían sus nuevas circunstancias, pero sentían con la misma fuerza y la misma necesidad de ser querido y reconocido por el otro como sujeto de un compromiso único y especial.

Yo sigo pensando que el amor romántico es un gran tema.

Inés Stranger

Santiago de Chile. Julio 2021