Sara Astica nació el 1 de noviembre de 1934 y murió el 22 de marzo de 2007 en Santiago de Chile. Fue una destacada actriz de teatro, cine y televisión. Debutó a los 20 años en el Teatro Maru y fue parte fundamental del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica. Vivió intensamente la escena teatral chilena de los años 60, con temporadas y giras nacionales e internacionales de obras emblemáticas como La pérgola de las flores, El tony chico y Topografía de un desnudo. Actuó en la clásica película Valparaíso mi amor, de Aldo Francia, por la que recibió incluso el Laurel de Oro. También fue parte de la mítica serie La sal del desierto, de Alejandro Sieveking. En fin, fue parte activa de esa generación de creadores escénicos incansables.
Propio de esa época fue también el fuerte compromiso social y político, y Sara Astica se caracterizó por su militancia y consecuencia. Fue madre de cuatro hijos junto a su pareja, el también destacado actor Marcelo Gaete.
Tras el Golpe de Estado de 1973, Sara y su familia fueron detenidos por la DINA. Ella fue brutalmente torturada en Villa Grimaldi antes de ser expulsada, junto a su familia, al exilio en Costa Rica, en 1975. Allí, comenzaron literalmente desde cero, pero fueron acogidos con afecto y solidaridad por Bélgica Castro y Alejandro Sieveking, quienes les ofrecieron un espacio en su hogar durante los primeros meses. Con apenas cincuenta dólares en el bolsillo y toda una vida desarraigada, reconstruyeron su camino. Sara y Marcelo se reinventaron profesionalmente en un nuevo país, desempeñando distintos trabajos hasta lograr volver al teatro. Fundaron el grupo Surco, con el que realizaron más de 60 montajes y giras por América, consolidando un legado teatral y de resistencia.
“Su entrada en el mundo del espectáculo costarricense no fue fácil. Marcelo vendía diccionarios y enciclopedias puerta a puerta. Sarita encontró trabajo en un colegio de orientación artística, lavando, planchando y remendando el vestuario que se usaba en las producciones escénicas del colegio. Luego obtuvo el puesto de boletera en el Teatro Nacional de Costa Rica. Allí, y ya que faltaba una actriz para un rol secundario de María Estuardo, de Schiller, los actores chilenos del reparto insistieron en que le hicieran una prueba a Sarita. Obtuvo el rol, y ese año ganó el Premio Nacional de Teatro como la mejor actriz secundaria. Marcelo, también, tras muchos intentos, obtuvo un rol protagónico en una obra que le valió la admiración del público costarricense.” (Núñez, 2007)
Regresó a Chile en 1987, cuando se levantó la prohibición de retorno, pero sentía que el país ya no era el mismo, así es que volvió a Costa Rica. En 2005, tras la muerte de Marcelo, su compañero de vida y arte, su salud comenzó a deteriorarse. Volvió definitivamente a Chile en 2007 para morir en su tierra. Falleció el 22 de marzo, acompañada por el cariño de su familia, colegas y amistades.
“Ya que no pude vivir en mi país, al menos vengo a morir en él”. (Núñez, 2007)
Sara Astica dejó una huella profunda en el teatro chileno y costarricense. En Costa Rica fue homenajeada con la creación de la Cátedra Sara Astica, inaugurada el 28 de agosto de 2013 por la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica. Esta cátedra —que sigue vigente hasta hoy— busca promover la educación teatral del siglo XXI, favoreciendo la convivencia pacífica y el desarrollo de las personas y los pueblos a través de la formación profesional en contextos interculturales.
“La cátedra lleva el nombre de una de las actrices más importantes que ha tenido nuestro país. Esta actriz de origen chileno, pero costarricense de corazón, es considerada como una de las intérpretes más talentosas del medio teatral costarricense. Su prolífica carrera en el teatro, la radio, el cine y la televisión, como maestra y formadora teatral, motivó a la Escuela de Artes Dramáticas a bautizar la cátedra con su nombre.” (Escuela de Artes Dramáticas, 2013, Recuperado de https://teatro.ucr.ac.cr/node/302)
En Chile, nos queda aún poder conocerla más, aprender de su historia y homenajear su legado.
El mismo año de su fallecimiento, el destacado actor, director y académico Ramón Núñez —amigo cercano y colega de Sara durante más de una década en el Teatro de Ensayo— escribió un hermoso texto titulado Sara Astica: el valor de la consecuencia, publicado en la revista Apuntes de la Universidad Católica de Chile. Este texto fue leído por Núñez durante el lanzamiento de esta investigación en el IDEA-USACH, donde sus palabras resonaron con especial significado entre quienes escucharon. Les invitamos a leer este emotivo artículo que honra su vida y trayectoria con la sensibilidad de quien compartió con ella el escenario y la amistad:
Núñez, Ramón (2006). Sara Astica: el valor de la consecuencia. Revista Apuntes, Universidad Católica de Chile. Disponible en: https://repositorio.uc.cl/handle/11534/4606
Además, recomendamos los siguientes textos para conocer más sobre los teatristas chilenos que vivieron entre Chile y Costa Rica:
-Castro, A. C., & Rivera, M. S. L. (2021). Teatristas entre Chile y Costa Rica en la década de los años setenta: (Des)arraigos, arte y política.
-Gutiérrez, M., & Barrionuevo, C. (2021). Mujeres del Sur en el quehacer teatral costarricense (1970-1990). ESCENA. Revista de las Artes, 80. 61-84. https://doi.org/10.15517/es.v80iAE5.
-Rojas M., D. (2020). Artistas en el exilio: Teatro del Ángel y Surco en Costa Rica, 1973-1988. Revista Latinoamericana De Derechos Humanos, 31(1). https://doi.org/10.15359/rldh.31-1.8.
-Rojas M., D. (2021). Profesionalización de artistas. Creación de la Escuela de Arte Escénico en la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica (1973-1985). Revista De Historia, no. 84 (July): 99-131. https://doi.org/10.15359/rh.84.6
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