Este decálogo surge de la investigación “Huellas de creación: archivos de procesos creativos de compañías chilenas contemporáneas”, en la cual nos adentramos en los procesos de seis compañías: Colectivo Zoológico, Antimétodo, Los Barbudos, La Niña Horrible, Teatro Container y Teatro Puerto.
En la investigación realizamos 23 entrevistas, 3 talleres (#SesionesArde) y recolectamos más de 215 documentos sobre las prácticas de los creadores/as escénicos. El decálogo surge, entonces, como una forma de sintetizar y destacar algunas ideas que se repitieron en las entrevistas e instancias de conversación y que nos parecieron interesantes para desentrañar este concepto etéreo y abstracto de los procesos creativos. Pensamos que son ideas que pueden difundirse entre otros creadores/as, investigadores/as e interesados/as y que pueden, de alguna manera, inspirar o guiar sus propios procesos de creación. Por su puesto es una propuesta de decálogo, pueden existir muchos más, puede cambiar y crecer con el tiempo. El decálogo fue ilustrado por la artista Constanza Salazar y diseñado por Estudio Ruiz.
Pueden encontrar este decálogo y otros documentos pedagógicos y de mediación en nuestra sección «Materiales».
- Crear es robar: cualquier pieza de creación, no nos cae del cielo, tiene su origen en ideas previas que se desarman y rearman. Las obras, la originalidad y la innovación son ideas viejas dispuestas novedosamente. La creatividad está en citar, relacionar y combinar elementos.
- Crear es un proceso como soñar: los procesos requieren tiempo, muchas veces son tiempos diferentes a los de los fondos concursables, incluso hay ideas que pueden demorarse años en concretarse. Los procesos no siempre son claros ni controlables y el resultado no siempre se vislumbra desde el principio.
- Hay que entregarse al caos: el caos y las crisis son parte de los procesos creativos. La errancia es investigar, abrirse a las ideas y referentes, probar y perderse, pero en algún momento hay que sintetizar esa apertura, intentar interpretarla y elegir uno de los caminos que aparecieron.
- Crear es un trabajo colectivo: el trabajo creativo siempre está en red, incluso el más solitario, para concretarlo se necesitan oficios, saberes, gestiones, dineros, espacios, técnicas, etc. Hay que estar consciente que siempre hay un colectivo o una comunidad que sostiene la creación.
- Crear es una escuela: cada proceso creativo es una invitación a un colectivo a dar sentido a una idea y cada proceso es una fuente donde se producen conocimientos.
- Se crea en el hacer: una cosa es la inspiración y tener ideas, pero el gran desafío de los procesos creativos es poder lograr concretar y graficar lo que se ve en la cabeza. Y la única forma de lograrlo es probar y descubrir en el hacer.
- No hay una sola forma para crear: no existe un único método, cada creador o creadora descubre su forma, sus cábalas, espacios, rutinas, prácticas y ritmos.
- Crear es una batalla: hay crisis, vergüenza y sensibilidad a exponerse, es fácil perderse o sentirse incapaz, hay limitaciones contextuales como falta de apoyo económico y derechos laborales para los artistas. Sin embargo, los procesos creativos son también obsesiones que disputan estas barreras.
- La obra es sólo una parte del proceso: el resultado del proceso de creación es solo un porcentaje del trabajo. Muchas veces lo que se ve no refleja todo el proceso, los saberes, oficios y personas que están involucradas en la creación artística. Crear es un trabajo que deja huellas además de la obra final.
- Todos tenemos derecho a crear y a ser archivados: la creatividad es un derecho de todas y todos. Resguardar, valorar y difundir los documentos y memorias de nuestros procesos de creación es una ética y una política, es contribuir a la circulación y participación del conocimiento artístico.
¡Agradecemos a todos los y las artistas que participaron en esta investigación y nos compartieron sus formas de crear!