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La aspiración de un archivo feminista

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«La vida intelectual ha sido una de mis estrategias de supervivencia,

y con frecuencia encuentro consuelo en conceptos teóricos y debates

que sitúan mi propia experiencia en un contexto más amplio».

Ann Cvetkovich, Un archivo de sentimientos

A finales de octubre del año 2023 Leslie Araneda, Coordinadora del Área Archivo Digital y miembro de la Mesa de trabajo de Londres 38, espacio de memorias, convocó a Arde para reflexionar en torno a una pregunta detonadora: ¿Qué significa construir un archivo desde una perspectiva feminista? 

Afiche de difusión para conversatorio en Londres 38, noviembre 2023

El encuentro se concretó el día jueves 16 de noviembre en el mismo Londres 38, y tuvimos la oportunidad de encontrarnos con Camila Reyes, bibliotecaria de la Biblioteca de las Mujeres de la Fundación Prodemu, Surimana Pérez, encargada del Archivo Mujeres y Géneros del Archivo Nacional, y Maíra Máximo, guía facilitadora del Área Memorias de Londres 38. Junto con ellas, y alrededor de otras veinte personas (en su mayoría participantes de distintos proyectos de memoria), pudimos conversar sobre nuestras experiencias, formas de trabajo y aquellas inquietudes que nos interpelan constantemente al momento de abordar esta pregunta, que contiene en sí misma un montón de otros cuestionamientos: ¿en qué radica esta cualidad feminista del archivo? ¿Cuáles son las prácticas feministas al momento de trabajar con documentos? y ¿cómo la naturaleza de las instituciones o de los mismos documentos, puede tensionar nuestra aspiración feminista?

Resultaba significativo para hacer conversar a los archivos con el feminismo, reconocer cómo la construcción del archivo se ha consolidado desde los espacios de poder desde hace siglos. 

Sara Ahmed ayuda a pensar sobre esto cuando se refiere a la paradoja de la huella. Ella plantea que “el camino está hecho de huellas: rastros de pies que ‘pisan’ y que al ‘pisar’ crean una línea en el suelo. Cuando las personas dejan de pisarlo, el camino puede desaparecer. Y cuando vemos la línea del sendero delante de nosotros, tendemos a caminar sobre ella, (…) las líneas se crean al ser seguidas, y son seguidas porque están creadas” (p.32). En este sentido, la mirada hegemónica que construye el archivo (en forma de patriarcado, racismo, clasismo y discriminación) se vuelve aplastante al momento de querer encontrar a aquellas personas y experiencias que han sido olvidadas, por ejemplo, de la Historia Nacional; a aquellas huellas desorientadas que se escapan, o simplemente son apartadas del camino. ¿Desde hace cuánto tiempo nos han hecho desaparecer? ¿Cómo encontrar esas historias y experiencias invisibilizadas cuando ya no se cuenta con los testimonios de quienes estuvieron ahí?

Hoy en día, sabemos que existe una disputa por la memoria, y que en ese ámbito la búsqueda de la autorrepresentación en los acervos documentales –es decir, la intención de desviarse hacia esos caminos– es una lucha y práctica política que llevamos diariamente muchas de las que llegamos a este encuentro. Es más, esta no es una acción novedosa, sino que han sido muches, durante años, quienes caminaron primero, haciendo posible revisitar nuestras trayectorias desde nuevas perspectivas, y dándole historicidad y aplomo a la construcción de nuestras memorias e inquietudes del presente. Estos caminos nos atraviesan, y nos han enseñado que la perspectiva feminista define nuestro quehacer, volviéndose necesario inventar modos para relacionarnos con el archivo. 

De este modo, adaptamos las prácticas a través de nuevas perspectivas: comunitarias, postcustodiales, afectivas. Creemos en la potencialidad de la red, y probamos formas de compartir la responsabilidad de construir, describir y conservar dichos materiales. Ejercitamos formas de vincular los documentos con el presente, a través de devenires imaginados. Nos dejamos afectar por las historias que documentamos. Y cuando hay silencios, señalamos también la falta, porque por algún motivo eso no fue registrado. Sabemos que la labor es ardua e interminable, y probablemente ni las personas ni los recursos dan abasto. A esto se suma, además, la permanente contradicción sobre el qué y el cómo resguardar estas memorias de manera que sean significativas y accesibles para quienes habitamos el presente y el futuro. 

Encuentro Archivos y Feminismos en Londres 38, Noviembre 2023.

Quizás el principal desafío en el contexto actual sea habitar las contradicciones y, como planteó Cyn Shuffer en el Lanzamiento del Archivo La Morada, “dar espacio para las preguntas peliagudas”. Estamos en un momento en el que podemos interpelar el archivo y volverlo más poroso, menos verdadero, pero a su vez menos violento y más próximo a las diversas experiencias que han construido nuestra historia. Y así, de vez en cuando, aparecen maravillas de gran envergadura como el proyecto de las boletinas feministas, el Museo de las Mujeres de Concepción, o la puesta en línea del  Archivo de la Morada. Otras veces, experiencias más sutiles, como el descubrimiento de la única fotografía donde aparece el rostro de Teresa Flores, la primera sindicalista de Chile, quien abrió paso a los derechos de las mujeres trabajadoras; pero que durante demasiado tiempo nos la presentaron como la pareja de Luis Emilio Recabarren. 

Paso a paso, seguimos trazando caminos, reparando nuestras historias, tanteando los límites de la institucionalidad. Como dijo Verónica Mattus en el mismo lanzamiento: construimos una historia común, colectiva y diferente a nosotras, desde el deseo y el desafío de la diferencia. De eso se trata, también, la perspectiva feminista. Es la posibilidad de revisitar nuestras memorias e insistir en las preguntas para descubrir nuevas respuestas.

Por Javiera Brignardello

Referencias bibliográficas

Ahmed, S. (2019). Fenomenología queer: Orientaciones, objetos, otros (1ª ed.). Barcelona, España: Edicions Bellaterra.

Cvetkovich, A. (2018). Un archivo de sentimientos. Trauma, sexualidad y culturas públicas lesbianas. Barcelona: Edicions Bellaterra.

Recomendación

Compartimos el audio del taller «Metodologías y creación desde un enfoque de género» dictado por la investigadora Rubí Carreño. El 2021, en el marco del proyecto Huellas mujeres, organizamos un taller para conversar y pensar qué implica investigar desde una perspectiva de género. Se nos invitó a desestabilizar las jerarquías y linealidades en que se suele aprobar la generación de conocimiento, y apareció el goce como un camino que hay que retomar. ¿Cómo integrar distintas voces, diversidad de territorios, género y especies para elaborar nuevos saberes?

Compartimos nuevamente este documento de nuestro archivo para ponerlo en diálogo con el texto de Javiera.